domingo, 19 de diciembre de 2010

Unos remedios caseros para el catarro

Por la Biblioteca del Museo Etnográfico de Castilla y León

Los rigores invernales provocan, además de un frío espantoso, una serie de malestares que se repiten invariablemente invierno tras invierno.
Catarros y constipados son como los típicos invitados pesados que se te plantan en casa todos los años a pasar unos días.

Siempre se han buscado los remedios adecuados, aunque generalmente el único que funciona a ciencia cierta es la paciencia, que vale tanto para los catarros como para los invitados plastas.

Hoy vamos a ver cómo la medicina popular responde a estos típicos achaques invernales.

Remedios para el catarro y los constipados
La medicina popular generalmente ataca el catarro y los constipados con infusiones de diversas plantas. Orégano, malva, tomillo, eucalipto y romero son las que más se repiten. Eso si, hay que tener en cuenta que el tomillo, a ser posible, debe recogerse tras una lluvia de primavera, ya que el frescor potencia su efectividad.


En León, los fervíus  aún gozan de fieles seguidores, un fervíu es una especie de tisana hecha a la lumbre, mezclando y poniendo a hervir vino, miel y azúcar o manteca. Se ha de tomar muy caliente para provocar la sudoración.
Por Macotera (Salamanca), cocer una cebolla en leche y su “degustación” posterior dicen que daba resultados. En Ávila, se ponía un ladrillo a la lumbre que, envuelto en trapos, se posaba sobre el pecho.



 Para ablandar un catarro, en Campoo (Cantabria) se preparaba un bebedizo a base de caracoles que, endulzados con media taza de azúcar, se dejaban macerar dos o tres días para ya después, beber el líquido resultante a modo de jarabe.

Los vahos también son remedios comunes y preferentemente  se han de hacer con tomillo, romero o eucalipto.
Las friegas en el pecho con alcohol de romero también son un clásico, aunque hay quien las recomienda con gasolina (ufff, yo paso, la verdad).
Asimismo las cataplasmas se recomiendan con papel de estraza empapado en manteca o paños con aceite de oliva y cera. En determinadas zonas de León, mostaza y hojas de berza con manteca eran los ingredientes principales.

En Pedro Muñoz (Ciudad Real) se colocaban paños empapados en yodo sobre el pene para combatir los resfriados…debería ser una medida a descartar por sexista ¿no?.

Quien desee profundizar en la medicina popular, dispone en la biblioteca del Etnográfico de abundante bibliografía al respecto. También la sección de etnobotánica está muy bien surtida.

En cualquier caso, independientemente de la zona geográfica, una de las máximas que siempre se repite es: “al catarro se le da con el jarro”, imagino que la base teórica de esta recomendación es que una buena resaca hace olvidar cualquier constipado…

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