viernes, 4 de marzo de 2011

Iglesia de Santiago el Viejo o de los Caballeros

Por la Biblioteca del Museo de Zamora

Este viernes también sugerimos paseo, pero por la ciudad. Exactamente por el paseo que acompaña al río Duero por la margen derecha. Y así aprovechamos para ver cómo van las obras del puente nuevo (cómo vamos a llamar luego al otro “nuevo”, al de la autovía hacia Salamanca?). En ese paseo si empiezas desde el barrio de Olivares, puedes ver al final de un caminito que sale hacia la derecha la iglesia de Santiago el Viejo o de los Caballeros, modesta iglesia del románico zamorano. No hay noticias sobre su construcción pero existe una alusión documental a ella que data de 1168.

Y tiene su historia en la ciudad, pues el Romancero dice que allí se armó caballero el Cid y Luis Cortés Vázquez en su obra Mi libro de Zamora dice Prosiguen diciendo los romances que llegó el día de armar caballero a Rodrigo, y añaden más, que tal ceremonia se celebró en la iglesita de Santiago, extramuros de Zamora, siendo Urraca, emocionada y trémula, quien calzó con su mano la espuela al galán.


Y desde aquellos días está ahí. Y fue gracias a que uno de los arquitectos restauradores más notables de la España del siglo XX, Alejandro Ferrant Vázquez, quien denunció poco después de la declaración de la iglesia como Monumento (3 de junio de 1931) el hecho de ser un templo cerrado, a punto de convertirse en un montón de ruinas y por lo tanto, muy necesitado de una urgente restauración. Se desmontó parte de la construcción, el Arco Triunfal, capiteles, basas, fustes…
Todo numerado y tendido en el suelo según estaba colocado. Limpio de cal y todo restaurado, haciendo de ladrillo parte del arco (estas técnicas de desmontaje fueron aprendidas en traslado de San Pedro de la Nave, pues Ferrant también formó parte del equipo que realizó hace tantos años, con los medios que entonces se tenían, el traslado de la iglesia al Campillo (ésto, para quien no lo sepa, os lo contamos otro día).
La obra fue ejecutada entre diciembre de 1931 y abril de 1932, al mismo tiempo que se realizaban obras de restauración de Santa María de la Horta y de Santo Tomé.
En 1950 y después en 1962 se llevaron a cabo las obras sobre muros y cubiertas.


En la actualidad ha entrado en el proyecto de Zamora Románica, para una nueva intervención. Pero eso es otra historia.

La publicación donde hace referencia a esta primera intervención en el primer cuarto del siglo XX es Alejandro Ferrant y la conservación monumental en España (1929-1939), de Julián Esteban Chapapría y María Pilar García Cuetos, y está a vuestra disposición en la Biblioteca del Museo de Zamora


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