martes, 20 de noviembre de 2012

Espíritu de invierno: mascaradas de Mecerreyes


Por la Biblioteca del Museo Etnográfico de Castilla y León

Poco a poco nos vamos acercando al invierno y es precisamente  en invierno cuando podemos disfrutar de las mascaradas, sin duda una de las manifestaciones de cultura popular más interesantes que podemos disfrutar. Siguiendo las tesis de Caro Baroja o de Abade de Baçal, las mascaradas de invierno están vinculadas a la fiesta romana del dios Jano, el dios de las transiciones y los pasajes, del tránsito de un estado a otro. Además, se relaciona directamente con el primer mes del año (january, enero, janer…). Quizás en un futuro ‘post’ de este blog podamos hablar más de esto.

Giuseppe Arcimboldo. El Invierno (1573)
Zamora es la provincia de España que más rituales conserva. Quien quiera puede dedicar las fechas navideñas para realizar un inolvidable recorrido carnavalesco comenzando por San Martín de Castañeda y pasando por Sanzoles, Pozuelo de Tábara, Ferreras de Arriba, Montamarta o Riofrío y Sarracín de Aliste. 

Pero hoy nos vamos a centrar en «El gallo del Carnaval», celebración pagana que se viene desarrollando desde siempre (salvo los años en que se prohibieron este tipo de celebraciones) en la localidad burgalesa de Mecerreyes. Como en todas las mascaradas, todo el pueblo se implica en el festejo, pero siempre destacan una serie de personajes por su estrafalaria vestimenta. 

Y es precisamente en estos personajes y en su  vestimenta en lo que hoy nos vamos a centrar. Desde mañana, miércoles 21 de noviembre inauguramos en el Museo Etnográfico de Castilla y León la exposición «Espíritu de invierno: mascaradas de Mecerreyes», producida por la Fundación Silos y que nos ceden hasta el próximo mes de abril.

En 10 fotografías de gran formato (1,50 m x 2.25 m) el fotógrafo Enrique del Rivero recoge los diferentes seres demoníacos y zoomorfos que el domingo de carnaval pasean por la localidad burgalesa de Mecerreyes.  Estos peculiares personajes aparecen fotografiados sobre un fondo negro, aislados de su entorno, lo que resalta más la fuerza y la vistosidad de los trajes elaborados a base de paja, tela de saco, hojas, ramas, cuernos e incluso elementos vegetales.


Concebimos esta muestra en el Museo Etnográfico de Castilla y León como una “instalación” en la Planta 0 de la Exposición Permanente, dedicada al «Tiempo y los Ritos», estableciendo un diálogo fotográfico con las piezas expuestas en esta sala.


Las dimensiones de las fotografías positivadas permiten apreciar al detalle cada uno de los elementos que conforman estas peculiares vestimentas y eso ya de por si es interesante. Sin embargo, lo que hace especial esta colección de fotografías  es la soledad del personaje aislado del conjunto de la celebración. Estamos acostumbrados a ver estos peculiares “seres” saltando, brincando y corriendo, interpretando cada uno su papel dentro de la mascarada y rodeados de público. Sin embargo, observar cada uno de esos personajes desde la más absoluta individualidad del mismo es una experiencia totalmente diferente. 

Casi casi podemos mirarnos directamente a los ojos…

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